El PLAYLIST secreto de Don Quijote

El PLAYLIST secreto de Don Quijote

¿Qué escucharía Don Quijote si existiera hoy y tuviera acceso a Spotify? La respuesta no es tan descabellada. A lo largo de los siglos, el ingenioso hidalgo de Cervantes ha inspirado a compositores de España, Francia y México que, fascinados por su figura, transformaron sus aventuras y emociones en música. El resultado es un verdadero “playlist secreto” que recorre serenatas románticas, lamentos melancólicos y hasta brindis festivos.


De la zarzuela española a la ópera francesa

La lista comienza en tierras manchegas con “La Luna”, un extracto de la zarzuela La venta de Don Quijote, compuesta por Ruperto Chapí. La obra, estrenada en 1902, se sitúa en una calurosa noche de junio en una venta castellana. Allí, un arriero canta con pasión a Maritornes, la criada de la posada, en una de las serenatas más expresivas del género.

Chapí, prodigio precoz al que apodaban el xiquet de Villena, escribió zarzuelas desde los nueve años y a los quince ya dirigía bandas de música locales. Su papel en la historia es doble: además de compositor brillante, fue cofundador de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), institución que aún hoy protege los derechos de los creadores.

La travesía musical sigue en Francia, con la ópera “Don Quichotte” de Jules Massenet, estrenada en 1910. Dentro de ella destacan dos arias: “Quand la femme a vingt ans” (Cuando la mujer tiene veinte años) y “Oui, je souffre votre tristesse” (Sí, sufro vuestra tristeza).

La primera retrata a Aldonza, la versión operística de Dulcinea, como una mujer sensual y coqueta, rodeada de ritmos y colores de inspiración española. La segunda, en cambio, ofrece un giro íntimo y emotivo: Aldonza consuela a Don Quijote con ternura y empatía, revelando el costado más humano del caballero.


El duelo musical entre Ibert y Ravel

En los años treinta, el cine también quiso acercarse al mito cervantino. El director Georg Wilhelm Pabst encargó a varios compositores música para su película sobre Don Quijote, protagonizada por el célebre bajo ruso Fiódor Chaliapin. Entre los convocados estaban Jacques Ibert y Maurice Ravel.

El primero presentó su ciclo de canciones “Chansons de Don Quichotte”, del que se destaca “Chanson à Dulcinée” (Canción para Dulcinea). Rápida, exigente y brillante, la pieza conquistó al director y terminó incluida en la cinta.

Ravel, en cambio, no logró imponerse en la competencia, pero no dejó caer su obra: estrenó poco después su ciclo “Trois chansons de Don Quichotte à Dulcinée”, con el que regaló al mundo su última composición antes de morir. De este conjunto sobresale “Chanson à Boire” (Canción para beber), una jota española que convierte al caballero andante en protagonista de un brindis alegre y entrañable. El propio Ravel incluyó recursos musicales —como glissandi— que evocan con humor el estado de embriaguez del personaje.


México rescata a Miguel Planas

El “playlist secreto” también tiene un capítulo latinoamericano. En 1871, el compositor mexicano Miguel Planas estrenó en el Teatro Principal de México la ópera bufa “La venta encantada”, con libreto de Gustavo Adolfo Bécquer y Luis García de Luna.

De esta obra sobresalen dos arias: “Oh, mísera de mí”, de delicada melancolía, donde se percibe la influencia italiana, y “Callaré lo del Molino”, interpretada por el personaje de Sancho Panza con humor y picardía.

Durante décadas, la partitura se creyó perdida, hasta que investigaciones recientes y esfuerzos de recuperación la devolvieron a los escenarios en 2021. La vida de Planas tuvo un final trágico: murió en el olvido y en la miseria, tanto que sus familiares debieron vender el colchón donde falleció para costear su entierro. Hoy, gracias al rescate de su música, su nombre recupera el lugar que le corresponde en la historia lírica de México.


Un caballero también hecho de música

De la serenata manchega al brindis festivo, pasando por los suspiros románticos y los lamentos melancólicos, el legado musical de Don Quijote es tan vasto como su locura. Estos ocho fragmentos conforman un recorrido único que cruza siglos, estilos y países.

Más allá de las partituras, lo que une a estas obras es la capacidad de revelar las múltiples caras del personaje cervantino: el soñador enamorado, el idealista dolido, el luchador incansable y también el hombre capaz de reírse de sí mismo.

A 400 años de su creación, Don Quijote sigue cabalgando no solo en los libros, sino también en la música. Y su “playlist secreto” es la prueba de que el caballero de la triste figura… también es, sin duda, un caballero de la música eterna.


Las 7 piezas del playlist secreto de Don Quijote:

  1. La Luna – Ruperto Chapí (La venta de Don Quijote)

  2. Quand la femme a vingt ans (Cuando la mujer tiene veinte años) – Jules Massenet (Don Quichotte)

  3. Oui, je souffre votre tristesse (Sí, sufro vuestra tristeza) – Jules Massenet (Don Quichotte)

  4. Chanson à Dulcinée (Canción para Dulcinea) – Jacques Ibert

  5. Chanson à Boire (Canción para beber) – Maurice Ravel

  6. Oh, mísera de mí – Miguel Planas (La venta encantada)

  7. Callaré lo del Molino – Miguel Planas (La venta encantada)